Lo que veo detrás del código: Por qué la IA me hace creer más en las personas
Llevo tiempo trabajando en el sector tecnológico y, si soy sincero, nunca había visto un momento con tanta mezcla de entusiasmo y miedo como el actual. En las cenas con amigos o en reuniones con clientes, la pregunta siempre acaba saliendo: "¿Esto nos va a reemplazar?".
Entiendo el vértigo. Pero trabajar "en la cocina" de esta revolución me da una perspectiva diferente. Lo que veo día a día no es una tecnología que viene a sustituirnos, sino una herramienta que, bien usada, tiene el potencial de hacernos más humanos.
Quiero compartirte mi visión personal sobre cómo la IA está ayudando realmente a las personas y cuál creo que es mi responsabilidad (y la de mi sector) en todo esto.
Recuperando nuestro activo más valioso: El tiempo
Lo que más me emociona de la Inteligencia Artificial no es que pueda escribir un código complejo o analizar millones de datos en segundos. Lo que me emociona es lo que pasa después.
He visto a creativos desbloquearse ante la "página en blanco" gracias a una sugerencia de la IA. He visto a pequeños empresarios, que antes se ahogaban en facturas y Excel, automatizar todo eso para poder salir a cenar con sus familias.
Para mí, la IA no es el destino; es el vehículo para recuperar el tiempo que perdíamos en tareas que no nos llenaban. Nos permite volver a centrarnos en lo que ninguna máquina puede hacer: tener empatía, pensar estratégicamente y conectar emocionalmente con otros.
Si la IA se encarga de lo "robótico", nosotros tenemos la libertad (y casi la obligación) de ser más humanos que nunca.
Nuestra responsabilidad: Ser guías, no solo vendedores
Como parte de una empresa tecnológica, siento un peso sobre los hombros. No basta con entregar una herramienta potente y decir "buena suerte". Creo que nuestro rol ha cambiado. Ya no somos solo proveedores de software; debemos ser traductores y guardianes.
Así es como veo mi misión y la de mi equipo para ayudarte:
1. Bajar la tecnología a tierra
Me niego a usar tecnicismos que asusten. Mi trabajo es desmitificar la IA, explicarte qué hace y qué no hace, y mostrártela como algo accesible, no como magia negra reservada para los genios de Silicon Valley.
2. La ética por delante de la rentabilidad
Me importa cómo se usan los datos. Me importa que los algoritmos sean justos. Como empresa, tenemos el deber de diseñar sistemas que protejan a las personas. Si una herramienta no es segura para mi propia familia, no debería serlo para mis clientes.
3. Acompañar en el aprendizaje
No quiero venderte una IA para que reemplace a tu equipo. Quiero enseñarte a ti y a tu equipo a usarla para que sean imparables. La tecnología sin formación es solo un juguete caro; con formación, es un superpoder.
Un futuro compartido
Al final del día, soy un optimista tecnológico. Pero mi optimismo no viene de los algoritmos, viene de ver lo que las personas son capaces de hacer cuando tienen las herramientas adecuadas.
La IA está aquí para ayudarnos a curar enfermedades, a aprender más rápido y a trabajar mejor. Y nosotros, las empresas tecnológicas, estamos aquí para asegurarnos de que el camino sea seguro, ético y humano.
No dejemos que el ruido nos distraiga. La tecnología avanza, pero el protagonista de la historia sigues siendo tú.
Comentarios